¿Qué puedo hacer para que mi hijo deje de mentir?

Como madre o padre, es normal que sientas que el mundo se te viene abajo cuando tu hijo te miente. Sin embargo, estás a punto de descubrir que la mentira no siempre es una señal de alerta. Y además, te daré los pasos a seguir cuando esta sí pueda llegar a ser un problema.
A modo de anticipación, te cuento que todo es una cuestión de edad.

La mentira en los niños pequeños

Cuando el niño es pequeño, se encuentra en la fase de descubrir el mundo. Un día se maravilla ante la puesta del sol, al siguiente con una abeja que zumba alrededor de su flor favorita y al tercero con el efecto de la mentira.

Prácticamente todos los niños pequeños mienten. Ya sea porque están experimentando los efectos de la mentira, tal como hacían con el ruido al golpear sus juguetes contra los barrotes de la cuna ¿recuerdas?, o porque dentro de su mundo de fantasías, en el que los sueños se fusionan con la realidad, eso que te está diciendo en realidad para él si sucedió. La mentira es parte del universo infantil.
El asunto de la mentira puede volverse complicado cuando el pequeño pasa a transitar la última infancia, la pubertad o, mucho peor aún, la adolescencia.

Causas por las que mi hijo me miente

Nada sucede porque sí; todo tiene una razón de ser y la mentira en la infancia es una clásica representación de ello. Un niño miente a consecuencia de un problema familiar que muchas veces tendemos a subestimar o porque tiene problemas personales que suelen pasar desapercibidos o cuya importancia desconocemos.

Las razones por las que tu hijo te miente son:
Mala comunicación familiar o ausencia de esta
Baja autoestima
Inseguridad
Dificultad para manifestar lo que siente
Problemas a nivel escolar
Miedo

¿Qué debo hacer para que mi hijo deje de mentirme?
Si tu hijo te miente por razones personales o porque la situación en casa no es la mejor, no te vengas abajo, ya que hay diversas alternativas que puedes tomar para ponerle fin a este hábito nocivo que se ha instalado en quien más amas:

Muéstrate flexible: la rigidez en las normas que se aplican en casa suele ser la principal causa por la que nuestros hijos nos mienten. Por supuesto que hay reglas y estas deben respetarse, pero bajo ningún concepto estas pueden convertirse en una amenaza. Si por alguna razón tu hijo transgredió alguna de las normas que sabe que rigen su comportamiento, debe saber que cuenta con tu flexibilidad para escucharlo, ayudarlo y orientarlo.

Sé comprensivo: siéntate a escuchar lo que tu hijo tiene para decirte. Es más, escucha con mayor atención sus silencios que sus gritos. Es precisamente en lo que calla que se encierra la mentira. De modo que, si te acercas a él y le demuestras que eres capaz de apoyarlo pase lo que pase, se irá abriendo a ti y te contará lo que sucede.

Aplica la ley de proporcionalidad: otra razón por la que los hijos nos mienten es por el miedo a las consecuencias de sus actos. Todos los padres aprueban o desaprueban a sus hijos y esta es una parte vital de la educación, ya que llega un momento en el que hay que poner límites y las palabras pierden su efectividad. No obstante, lo que no puede ocurrir es que la reprimenda sea desproporcionada con respecto a la situación vivida. Por ejemplo, si le robó una goma de borrar a un compañero en la escuela, sería exagerado dejarlo sin salir con sus amigos tres meses. Por lo tanto, resulta esperable que te mienta si sabe que eso es lo que le espera. Lo mejor es hacerle ver que estuvo mal y explicarle el porqué. La educación consciente y constante es el mejor antídoto contra la mentira. Asegúrate de que él entienda por qué le prohíbes ciertas cosas y por qué otras están mal si aspiramos a una convivencia pacífica.

Aliéntalo a confiar en ti: cuando descubras una mentira, no lo acuses, sino aliéntalo a que te cuente la verdad. Asegúrale que puede contarte lo que sea, ya que tú vas a estar siempre ahí para él y lo ayudarás en lo que sea. Cuando un niño miente es porque está seguro de que se ha metido en problemas. Es por ello que saber que tú estás a su lado para ayudarlo a salir será vital para que te cuente la verdad y para que comience a confiar en ti de ahora en más.

En resumen, como podrás ver, la mentira va muy de la mano de la reprimenda y el castigo además de la falta de apoyo por tu parte.

Es por ello que te dejo esta última frase como guía de ahora en adelante:

“VALORA a tu hijo por lo que es, y EDUCA por lo que hace”

Con Amor,
María José Patino