Mi hijo no quiere estudiar, ¿Qué puedo hacer?

Mi hijo no estudia… y qué puedo hacer.

El hecho de que tu hijo no quiera estudiar es más común de lo que te imaginas, en realidad, hasta puede considerarse que es algo normal en ciertas etapas de su vida.

Hay que pensar que cuando tu hijo llega a ciertas edades como el instituto o incluso antes, comienza a desenvolverse en “su mundo” y está expuesto a otros muchos estímulos que no tiene que ver con los estudios. Comienza a preguntarse la utilidad de las cosas y piensa más bien en un corto plazo.

Hoy queremos hablarte de cuáles son las causas por las que tu hijo no quiere estudiar y qué puedes hacer para que tu hijo estudie solo o como motivar a tu hijo en los estudios.

¿Por qué mi hijo no quiere estudiar?

Esta es una gran pregunta y la respuesta depende de varios factores externos (como por ejemplo, sus relaciones con otros niños) e internos (su propia motivación o la forma en que percibe el hecho de estudiar).

También es importante saber cómo percibe tu hijo el hecho de estudiar: algo inútil, aburrido, difícil… e intentar cambiarlo por algo apasionante, útil para relacionarse, algo que tendrá su recompensa…

Monotonía e inutilidad en el corto plazo

Si ven en el estudio algo monótono que se basa simplemente en la acumulación de conocimientos, que cada día es igual al anterior y que lo que estudian no está vinculado en su día a día fuera del colegio, es normal que no se sienten especialmente motivados.

También hay que tener en cuenta que, sobre todo en edades tempranas, empiezan a sentir interés por otras cosas del mundo exterior que les gustan más, que les ayuda a pertenecer a un grupo de amigos. En este sentido, ven una relación directa de utilidad en su día a día para relacionarse.

Esto es algo que no encuentran a través de los estudios. Es pensar a corto plazo, por ejemplo: “ quizás para un niño es mucho más útil conocer los resultados de la jornada de fútbol del fin de semana que los ríos de España”.

Con la primera puede relacionarse con otros niños y hablar de ello, tener una identidad. Con la segunda no entiende su finalidad ni utilidad a pesar de que a largo plazo le ayudará a conocer su entorno y enriquecer su conocimiento geográfico.

Dificultades en la atención a los estudios

También en edades preadolescentes, comienzan a pensar en otras cosas que refuercen su identidad con las que se identifican más. Comienza a pensar en la imagen que proyectan al exterior, en qué papel juegan en su entorno… todo esto ocupa un espacio en su mentalidad, es un gasto de energía que no está enfocada en el estudio.

Tu hijo no tiene motivación con los estudios

En muchas ocasiones la falta de motivación en el estudio es una de las causas más importantes en el abandono escolar a edades tempranas. No encuentran la utilidad del estudio ni se sienten motivados para invertir su tiempo y esfuerzo en ello. Aquí te ofrecemos algunos datos.

Dificultades en el aprendizaje o en el contenido

Cada niño es un verdadero mundo y su aprendizaje no es igual en cada uno de ellos. Cada niño tendrá diferentes dificultades para aprender una materia concreta o para permanecer concentrado en ciertas áreas. El déficit de atención es una causa muy común que arrastran muchos alumnos y que les hace perder el ritmo de los estudios.

Esto puede afectar a su autoestima, sobre todo si ve que otros compañeros si comprenden conceptos y él no.

El entorno familiar

El entorno familiar es muy importante para mantener el foco de los estudios en un niño. Estos son muy sensibles y cualquier inestabilidad como una separación, tensión entre los padres, problemas familiares… afectan negativamente a su estudios.

¿Cómo puedo ayudar a mi hijo a estudiar?

Seguramente te hayas preguntado ¿Qué hago si mi hijo no quiere estudiar? El principal problema de que tu hijo no quiera estudiar suele ser la motivación.

¿Para qué tengo que estudiar esto?, ¿De qué me va a servir?

Es comprensible que no le vean la utilidad, como te hemos mencionado es difícil que un niño de 10 o 12 años tenga un pensamiento a largo plazo cuando vive día a día.

Por lo tanto, un punto importante es motivar para que tu hijo vea en el estudio algo apasionante, algo positivo.

Algo que puedes hacer es explicarle en cosas que hagáis en familia como pedirle que que oriente en un mapa cuando vais de viaje, que calcule el cambio que le darán cuando estéis haciendo la compra, preguntarle por qué llueve…

Aprender cosas nuevas es algo muy positivo para el cerebro, el problema no es el aprender, sino el para qué. Mostrar a tu hijo la importancia de que estudie, tanto personal como de cara a su futuro, es algo que se debe hacer también desde casa.

¿Cómo motivar a mi hijo en los estudios?

Para ello te aconsejamos diferentes técnicas:

Emplear el refuerzo positivo y no el negativo

Es más efectivo premiar el esfuerzo y la dedicación que castigar su ausencia. Castigarlo con el estudio, o no permitirle hacer cosas que desea hasta que no estudie hará que vea en el estudio algo negativo. Algo que le impide ser feliz, con lo cual está reafirmando que el estudio es algo negativo.

En este sentido solo lograrás que tu hijo haga los deberes y se olvide de lo que ha aprendido porque quiere hacer otras cosas: “el estudio es la causa de su malestar”.

¿Cómo orientar a mi hijo en los estudios?

Como padre o madre, debes implicarte en sus estudios, hacerle ver que te importa, implicarte en lo que estudia, darle tu perspectiva. Con ello, le das a entender que tú también estudiaste, que sabes de lo que trata, de lo emocionante que es saber esas cosas, de tus experiencias al saber esos conocimientos.

Hay que tener cuidado y no pasarse, es decir, no debe importarte a ti sus estudios más que a él, él es el centro de su aprendizaje, tu solo debes mostrarle que tu también te identificas con esos conocimientos.

Puedes ayudarle en los estudios si eso es un apoyo o refuerzo para él. Por ejemplo, corregir faltas de ortografía, comprobar si la fórmula matemática es correcta etc… pero no es recomendable que si tu hijo no quiere estudiar, le ayudes a realizar las tareas que puede hacer por sí solo. De esta manera estás realizando sus tareas y entenderá que no es algo que deba hacer él por sí solo.

Un Espacio adecuado para el estudio

Es muy importante que en el hogar haya un espacio donde tus hijos puedan estudiar sin tener distracciones ni estímulos externos que interrumpan su concentración como ruidos, juguetes al alcance, tránsito de personas…

Con ello, su tiempo de estudio será más productivo y aprenderán mejor las materias. De esta forma tendrá más tiempo para hacer otras cosas y no tendrá la sensación de estar todo el día con las tareas. Además retendrán mejor los conocimientos.

¿Cómo hacer que mi hijo estudie mejor?

Como te hemos comentado, la dificultad que tenga un niño a la hora de comprender ciertos conocimientos pueden hacer que desista de aprenderlos. Esto lo puedes notar cuando le cuesta mucho realizar los deberes o comprender ciertos contenidos. Hacer los deberes no es realmente estudiar.

Para que pueda asimilar mejor los conocimientos y por ende, realizar los deberes sin tanto esfuerzo hay que reforzar los métodos de estudio, por ejemplo con estos ejercicios:

• Tomar anotaciones al margen de los textos
• Hacer que comprenda todas las palabras del texto con sinónimos
• Procurar que explique con sus palabras lo que está leyendo
• Aprender a hacer esquemas y resúmenes de los conocimientos
• Extraer las ideas importantes de un tema

Identifica las señales de frustración y negación

En ocasiones tu hijo no querrá continuar estudiando, no comprenda lo que está leyendo o no esté por la labor de estudiar en ese momento… hay que ser comprensibles también, no obligar y forzar el estudio. De esa forma sólo reforzarán la idea de que estudiar es algo negativo. En estos casos, puedes darle una pausa, tomar otro enfoque para que realice el ejercicio más tarde y desde otra perspectiva más divertida para que lo entienda y que asimilarlo no sea tedioso.

Echa un vistazo también a estas técnicas de estudio para niños y adolescentes.

Sabemos que los estudios es una de las partes más importantes en la vida de tus hijos aunque en muchas ocasiones no lo vean de esa forma.

Esperamos que estos consejos puedan ayudarte a hacer que a tu hijo le guste estudiar o que por lo menos, adquiera cierta disciplina con los estudios.

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Con Amor,
María José Patino