Conoce las causas de la agresividad infantil

Durante la primera etapa de la educación preescolar, es normal que los niños manifiesten conductas agresivas, tales como empujar, pegar y morder. Esta clase de comportamiento es intrínseco al niño hasta los cinco años de edad, ya que carecen de las herramientas necesarias para canalizar su ira de otra forma más racional.

Si bien este comportamiento debe ser corregido por los adultos a cargo del niño, no debemos preocuparnos por sus causas si este no es excesivo, ya que resulta dentro de lo esperado que el niño se exprese de esta forma. Sin embargo, cuando dichas actitudes persisten en el tiempo, es momento de indagar en las causas que las generan.

Razones por las que un niño es violento:

Imitación: Cuando recomendamos enseñar a través de los buenos ejemplos, es porque los niños son excelentes imitadores. Apelan a esta cualidad tanto en el juego, algo que podemos ver cuando juegan a las “mamás,” a los “doctores” o a las “maestras,” así como también en su vida cotidiana. Si observamos las expresiones que usan nuestros pequeños, nos sorprenderá comprobar que son la réplica de frases que se han hecho tan nuestras que hasta olvidamos que las tenemos. Del mismo modo, los niños imitan el comportamiento de sus padres y de sus hermanos mayores. En conclusión, si hay violencia en casa, el niño se comportará de forma agresiva.

Exposición a contenidos violentos: El contenido televisivo y la temática de los videojuegos inciden directamente en cómo se comportan los niños. De esta premisa debemos partir al seleccionar y restringir lo que nuestros pequeños mirarán y a lo que jugarán.

Falta de límites: Un niño que crece en un ámbito en el que no se le ponen límites, es un niño que entenderá que para ocupar un lugar en el hogar y para hacerse oír, deberá hacer uso de su fuerza.

Intolerancia a la frustración: Si el niño no ha logrado desarrollar las herramientas que le permitan manejar la frustración o cuando los padres ceden a sus caprichos para evitar una rabieta, el pequeño crecerá habituado a manifestarse con agresividad hacia lo que sienta que está generando su frustración o hacia las personas u objetos que se encuentren en el entorno cuando ello suceda.

Carencia de habilidades sociales: Es aquí donde entra en escena la inteligencia emocional. Uno de sus componentes son las habilidades sociales. Al desarrollarlas e incorporarlas, el niño es capaz de resolver conflictos utilizando la comunicación oral, la cual se encuentra respaldada por una batería de conductas y estrategias enfocadas a solucionar los problemas de índole social de forma tal que resulte aceptable para ambas partes involucradas.

Dificultades en la comunicación: Si el niño encuentra difícil expresarse por medio del lenguaje, ya sea porque tenga una dificultad en el habla o porque cuente con un retraso en el lenguaje, es posible que recurra a la violencia física para dar a conocer lo que piensa, siente y desea.

Como adultos, tenemos mucho camino para recorrer en lo referente a la educación de nuestros hijos. Adquirir destrezas en la personalidad que nos permitan ser asertivos, requiere de mucha paciencia y perseverancia por parte de los adultos a cargo.

Si quieres erradicar alguno de estos comportamientos agresivos que ahora ves en tí o en tu hijo, escríbeme un comentario y te enviamos nuestra masterclass para seguir aprendiendo!

Con Amor,

María José Patino