Estudiar puede seguir siendo un escarpado camino hacia una cima que nunca llega, como puede convertirse hoy mismo en una placentera actividad que nos acerca día a día a la meta de ser mejores. Todo dependerá de las técnicas empleadas. Es por todos sabido que la memoria quedó atrás como método de enseñanza. Entonces, ¿qué nos queda para aprendernos tanto conocimiento?
Observa cómo tu hijo se deleita aprendiendo mientras recurre al método que más efectivo le resulte según su manera de aprender.
Técnicas que ayudarán a tus hijos a disfrutar y a sacarle el mejor provecho al estudio
Prelectura: si tu hijo ya sabe de qué se tratará la lección del día siguiente, le será muy provechoso leer acerca de ese tema. De este modo, llegará a la clase con una noción previa del tema, algo que le permitirá sentirse seguro y confiado, incluso con ganas de intervenir en la clase que se está impartiendo.
Audios: si tu hijo tiene una inteligencia auditiva dominante, le servirá mucho realizar un acercamiento previo al tema, así como también un afianzamiento después de haberlo visto en clase, a través de audios. Ya no es necesario que se grabe a sí mismo leyendo “la lección,” sino que puede aprovechar los beneficios de Internet para acceder a videos y a audios acerca del tema que se encuentra estudiando. De esta forma, tendrá acceso a diferentes formas de abordar el tema, lo que hará que lo vaya comprendiendo de manera mucho más efectiva y alejada de las técnicas memorísticas que tanta frustración ocasionaron a generaciones pasadas.
Repaso: sea cual sea la técnica de repaso que tu hijo elija, esta debe llevarse a cabo dentro del mismo día en el que tuvo lugar la lección. Al aplicar esta técnica, evitará pasar por todo el proceso del olvido de la lección para más adelante tener que re-aprendérsela de cara a un examen.
¿Qué preguntaría yo si fuera el profesor?: esta técnica es muy efectiva para aprender y para comprender de qué se trata el tema que nos encontramos estudiando. Consta de preguntarse qué es lo que preguntaríamos en un examen si fuéramos el docente de la asignatura. Esas preguntas las escribiremos en tarjetas y las iremos sacando al azar. La idea es tratar de contestar, ya sea oral o de forma escrita, la pregunta de la forma más completa posible, pero usando nuestras propias palabras, no las del libro.
Resúmenes y mapas conceptuales: una vez que tu hijo termine de estudiar, pídele que resuma el tema en sus propias palabras y que luego realice un mapa conceptual a partir del resumen. Gracias a estas técnicas, incorporará el tema como propio, puesto que lo habrá reformulado dentro del marco de su propia realidad.
Las técnicas de estudio son metodologías sencillas y concisas que permiten que tu hijo mantenga la motivación para seguir aprendiendo. Poco a poco , el estudiante va adquiriendo la autonomía necesaria para dejar de depender del docente y para así poder lanzarse a aprender por su cuenta, aprendiendo a elegir la forma en la que más le gusta estudiar y mejores resultados le de.
Por último déjame decirte que cada niño puede tener una manera diferente de aprender y que es importante que tu hijo encuentre la suya.
Sentarse delante de un libro a memorizar como un loro, sin saber muy bien qué utilidad tendrá eso en su vida, no resulta nada motivante para tu hijo.
Comienza por ver con tu hijo estas técnicas de estudio para llevar al menos una a la acción.
En cualquier caso, sea cual sea la o las técnicas elegidas, no debemos olvidar que el proceso de enseñanza-aprendizaje debe ser afectivo, por un lado, y atender a la empatía, a las necesidades individuales y a la diversidad, y también efectivo, haciéndole ver a nuestro hijo que el estudio y la formación es un instrumento indispensable que lo ayudará a ejercer la libertad individual, a realizarse como personas y a progresar en la sociedad. O incluso crear una nueva y tan necesaria sociedad, ¡Quien sabe!
Con Amor,
María José Patino