Poca Paciencia con los Hijos: Cómo gestionarlo y ser mejores padres

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Es difícil ser paciente, hay personas que consideran tener esta habilidad y otras que no, pero cuando llega el momento los hijos pondrán a prueba tus habilidades.

Por ejemplo, le acabas de decir a tu hijo que no vas a comprar la caja de cereales de colores porque ya escogieron otra, entonces lo ves ponerse rojo mientras grita y llora, las personas del supermercado comienzan a mirarte y tu teléfono suena con nuevos correos del trabajo. ¿Todo un reto, verdad?

Si comienzas a adentrarte en ese momento, es probable que termines explotando con tu hijo y digas cosas de las que te puedas arrepentir más tarde.

Vivimos bajo mucha presión y grandes expectativas, la agenda llena de compromisos, la presión de “hacerlo todo”, de tener éxito y mil cosas más… nos llevan a sentirnos atrapados en la rutina y la crianza de los hijos se vuelve parte de la lista de tareas infinitas de pendientes. Esto dificulta ser pacientes y comprender a los niños.

A través de la paciencia puedes construir una conexión profunda y significativa con tu hijo además de estar enseñándole cómo tratarse a sí mismo.

Incluso ante una rabieta colosal es especialmente vital ser paciente, ya que tu hijo está luchando con grandes y abrumadoras emociones. Si te enfadas o te frustras y tratas de meterle prisa en esos momentos desafiante, tu hijo aprenderá que sus emociones no son importantes, y con el paso de los años dejará de atender sus necesidades afectivas cuando se sienten asustado, enfadado, triste, o confundido.

Sin embargo, si tu actitud es paciente, tranquila y amable en una situación sensible, tu hijo aprenderá a responder a sí mismo con esa misma paciencia, tranquilidad y amabilidad.

Aquí te dejo las 4 pautas imprescindibles para gestionar mejor esos momentos donde sientes que pierdes la paciencia.

1. Se empático

Recuerda que el sistema nervioso y las estructuras cerebrales responsables de la regulación emocional aún se están formando. Los niños pequeños no tienen el vocabulario o las habilidades para expresarse, calmarse y resolver problemas

2. Respeta tus límites

Si te sientes muy enfadado en ese momento, es probable que tu respuesta no sea la mejor posible. Busca despejar tu mente, da un paseo, enfócate en tu respiración, disfruta de una buena música por unos minutos o ve a hablar con alguien de otro tema.

3. Reduce las posibilidades

Es la hora de poner la mesa y tienes el móvil en la mano revisando notificaciones, este tipo de hábitos aumentan los factores estresantes. Busca los patrones en tu comportamiento para prevenir esos momentos.

4. Valida sus emociones

Sentirse frustrado es normal, tanto para ti como para tu hijo. A veces la paciencia se esfuma y cometemos errores. Pero esto representa una oportunidad de reconectar con tu hijo,de asumir la responsabilidad o disculparte por una acción que lo asustó o molestó, por ejemplo: “Lamento haber gritado, me asusté cuando te vi correr hacia la calle”. Valida sus emociones diciendo “Entiendo que querías ir a la tienda de juguetes, pero no debes soltar mi mano cuando estamos en la calle”

Trabajar la paciencia es un proyecto a largo plazo, que requiere de constancia y compromiso.

Ahora te toca a ti!! Dar ese paso a la acción poniendo en práctica todo lo leído. Déjame decirte que si te quedas en leer, nada cambiará en tu casa!!

Cualquier duda, te leo en comentarios!

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