Mi hijo no quiere dormir solo
La primera forma de comunicación de un bebé es el llanto. Desde el momento en que sale de nuestro interior, pasando por la primera vez que nos avisa de que tiene hambre.
A pesar de ello, a las madres siempre les asusta el llanto. Para aprender a dormir no hay que llorar, pero es importante tener en cuenta que llorar no siempre es sinónimo de sufrimiento de nuestro hijo.
Muchos niños quieren quedarse con sus padres, y rechazan ir a su cama o por el contrario quieren ir pero con la compañía de su papá o mamá. Además, las pesadillas nocturnas son muy típicas y conviene tranquilizarlos para que recuperen la seguridad , que les permitirá quedarse nuevamente dormidos.
Y tú podrás ir comprobando que en muchas ocasiones un poco de paciencia (esa que más falta a altas horas de la mañana) y algo de tiempo acompañando a tu hijo, resolverá ese llanto sin la necesidad de, a la primara de cambio, dejarlo entrar en tu cama.
¿Es natural que los niños quieran dormir con sus padres?
Sí. La necesidad de dormir acurrucados en el refugio de un cuerpo tibio no es exclusiva de la edad adulta. Es más, debido a la vulnerabilidad del niño en su primera infancia, es natural que procure la compañía, el calor y la protección de sus padres en un momento tan especial como lo es la noche.
Por naturaleza, a los seres humanos les fascina tener contacto con sus semejantes. No importa si es de día o de noche. Pertenecer a un grupo, tener su protección y su afecto resulta positivo. Por ello, es normal y esperable que a los bebés y los niños les guste estar y sentirse acompañados.
¿Por qué mi hijo no quiere dormir solo?
Hasta los seis años de edad, tu hijo conserva el pensamiento mágico. Esto significa que, además de creer en hadas, duendes, castillos y princesas, tu pequeño cree que podría ser atacado (y hasta devorado) por monstruos.
Súmale a ello lo tenebroso de la oscuridad, lo aterrador del silencio y la ausencia de su fuente de protección , tú, y tienes el combo perfecto.
Aquí te dejo algunos de los motivos de por que tu hijo no quiere dormir solo:
Miedo a la oscuridad
Temor a estar solo
Apego a los padres
¿Qué hacer para que mi hijo duerma solo?
Lograr que nuestros hijos acepten dormir solos sin que el asunto represente un trauma para ellos, no es una cuestión que el tiempo resolverá, no al menos en el corto plazo. Por lo tanto, si queremos que nuestros niños duerman en su cama y que lo hagan con gusto, entonces estas son las pautas a seguir:
Preparación del ambiente:
Evita que tu hijo se vaya a la cama inmediatamente después de cenar, habiendo tomado mucho líquido o un vaso de refresco (ya que son estimulantes y contienen azúcar) o después de haber hecho actividad física intensa. Estas cosas suelen quitarles el sueño y no sería de extrañar que lo tuvieras en tu cama antes de medianoche.
Comparte tiempo con ellos antes de que se duerman:
No permitirles dormir contigo no significa que tú no puedas quedarte en su dormitorio compartiendo gratos momentos antes de que se duerman. Puedes leerles un cuento, contarles anécdotas de tu infancia, inventarles una historia personalizada (les encanta esto) o comentar acerca de lo que sucedió en su día. También es una muy buena idea perfumar su almohada con aceites esenciales que fomenten el sueño y hacerle masajes relajantes.
Crear el hábito con paciencia y respetando los tiempos del niño:
Será tu hijo, el que deje de quererlo conforme gane en autonomía para gestionar esa situación. Estar en la distancia adecuada de tu hijo al dormir, según la fase del proceso que se encuentre. Si es muy pequeño, tocándole mientras se va durmiendo. Cuando ya esté asentado este aprendizaje, progresivamente, ir alejándote muy despacito de tu hijo. Por ejemplo, comenzar tocándole y después retirar la mano, manteniéndote cerca. Luego tocar a tu hijo mientras se duerme y de seguido quitar la mano. O también ampliar la distancia de presencia en ese momento. Son gestos y acciones que por pequeñas que parezcan, tienen un gran efecto de seguridad en todo este proceso de aprender a dormir bien y solo. Y mejor, según sea tu hijo, establece la secuencia adecuada, por ejemplo desde meterte en su cama, a estar sentado en su cama, estar de pie, estar sentado en una silla leyéndole un cuento, estar en la cocina con la puerta abierta…Toda esta secuencia para que tu hijo vaya durmiendo solo, es fundamental hacerla poco a poco. Recomiendo avanzar al siguiente paso, cuando ya ha aceptado y asimilado el anterior paso para poder dormir solo.
Con Amor,
María José Patino