¿Cómo saber si mi hijo es feliz?
¿Acaso todo lo que hacemos por nuestros, no lo hacemos para que sean felices? Desde prepararle su comida favorita hasta marcar el límite más desagradable para ellos. Todo tiene como cometido lograr su bienestar y felicidad, ya sea presente o futura. Por ello es que saber si lo estamos haciendo bien resulta de especial interés para nosotros, padres y madres que lo damos todo por grabar a fuego una sonrisa en el corazón de nuestros amados hijos.
Señales inequívocas de que tu hijo es feliz
Se expresa con espontaneidad y en un tono alto:
El no pensar si lo que va a decir será bienvenido o no y el hecho de no controlar el volumen de su voz, son señales de que tu hijo se siente distendido, confiado y feliz en el entorno que has creado para él. Así que respira, que vas por el buen camino.
Llama tu atención de forma positiva:
Recalcamos que la llamada de atención debe ser con algo positivo, como por ejemplo mostrarte una destreza, compartir contigo un récord alcanzado en algún juego o bailar para ti, porque también hay formas negativas de llamar la atención, tal como es la falta de apetito, la apatía, la falta de amigos y las malas calificaciones escolares. Si tu hijo demanda que lo mires, que lo escuches y que compartas tiempo con él, es porque su corazón rebosa de alegría.
Se aburre:
Al contrario de lo que solemos creer, los niños necesitan aburrirse (no vivir aburridos, sino aburrirse un rato), ya que ese tiempo de ocio inactivo les resulta muy útil para desarrollar su imaginación y potenciar su creatividad. Por otra parte, si el pequeño tiene tiempo para aburrirse, significa que tú como madre o padre no le exiges más de lo que su niñez puede y debe dar. Es decir, le otorgas su espacio para hacer exactamente nada durante un par de horas al día.
Juega de forma incansable:
Si tu hijo aún no ha entrado en la pubertad, tiene una misión en este mundo: jugar, jugar y jugar. El juego es tan o más importante que otros aspectos de la vida de los niños, tales como socializar y aprender nuevas destrezas.
Tiene hobbies:
No a todos los niños les gusta ir a la escuela y no necesariamente deben tener actividades extraescolares que impliquen el uso extremo del cuerpo, tales como taekwondo, natación, gimnasia artística o fútbol; es suficiente con que tu hijo se sienta motivado por alguna o varias actividades y que las practique buscando lograr un objetivo. Por ejemplo: una señal de que tu hijo es feliz es que intente hacer un puzles complejos o que experimente en el dibujo. Si bien los niños activos físicamente son la señal más evidente de felicidad, no debemos creer que aquellos que son intelectuales no se sienten plenos en su interior.
Para que tu hijo sea feliz, hace falta más que un buen colegio, los aparatos tecnológicos de última generación y vacaciones tropicales; lo que él necesita es tu apoyo, tu confianza y, por encima de todas las cosas, tu presencia y tu atención.
Con Amor,
María José Patino