La autoestima es un recurso personal que resulta vital para VALORARNOS A NOSOTROS MISMOS, para relacionarnos sanamente.
Además tal como ocurre con todas las competencias humanas, ES ENTRENABLE.
Vamos a ver diferentes ejercicios que puedes practicar con tu hijo para que su autoestima se fortalezca y así pueda crecer con confianza. A modo de bonus, te regalaré un ejercicio extra, de alta efectividad, para que todo el trabajo que has hecho con él se consolide y se instaure.
“Solo a través de la experiencia y vivencia que el conocimiento permanece en el tiempo”
Cuatro ejercicios para ayudar a mi hijo a elevar su autoestima
Presta atención a la forma en la que le hablas: las palabras tienen todo el poder, más aún las que le diriges a tu hijo, por lo que todo lo que le digas pasará a ser parte de su realidad.
Pongamos un ejemplo: tu hijo te escribe una carta para disculparse al respecto de algo que ha hecho. Mientras la vas leyendo te das cuenta de que está llena de faltas de ortografía. ¿Qué deberías hacer al respecto?
Tal vez tu reacción primaria sea decirle precisamente eso, que está llena de faltas. Sin embargo, esto no sólo arruinaría la magia del momento, sino que sería devastador para su autoestima. Las críticas que no son constructivas solo colaboran a debilitar la autoestima. Por lo tanto, lo mejor sería recibir la carta con la emoción que seguramente esta te generará y, más tarde, llamarlo para que él mismo pueda darse cuenta de sus errores.
Ayúdalo preguntándole cosas como: ¿Recuerdas cómo se escribe “hecho”? ¿Estás seguro de que “elegir” va con “j”?
Y recuerda que esta práctica es algo que deberías llevar a todos los ámbitos que puedas; cuando corrijas, hazlo desde el amor e incentivando a que sea él mismo quien se percate del error. Evita frases como “está mal,” “estás equivocado” y “el dibujo quedó torcido,” ya que lo alejarás de ser creativo y espontáneo y, especialmente, de aceptarse a sí mismo.
Cambia sus “etiquetas” por aspectos a mejorar: es muy probable que tu hijo lleve puesta alguna pesada etiqueta sobre sus hombros. “No soy bueno para dibujar,” “no sé jugar al fútbol” o “soy muy malo en matemáticas.”
No siempre es sencillo saber si estas creencias se originaron en el aula o si surgieron en casa, a partir de comentarios que hemos hecho y quedaron grabados a fuego en su corazón.
Este es el momento ideal para transformar todo eso en “podría mejorar mis dibujos si les dedicara más tiempo,” “debo practicar mis regates en el fútbol” y “necesito estudiar matemáticas más que otras materias.”
Tu intervención para que este cambio se genere será crucial.
Completen frases juntos: proponle a tu hijo un juego en el que deba completar frases que previamente habrás escrito para él:
• Soy bueno cuando…
• ….. me hace sentir muy bien.
• Soy simpático si…
• ….. me hace reír.
• Me divierto cuando hago…
Esto le hará darse cuenta de todas las cosas en las que es bueno y de todo aquello que le genera emociones agradables.
“Bonus de autoestima”
El ejercicio estrella para que tu hijo se quiera a sí mismo tanto como tú lo quieres
Hablen juntos frente al espejo: resulta increíble el poder del espejo, tanto es así que no debes sorprenderte si tu hijo se bloquea o se muestra reticente a mirarse a sí mismo, mucho más a hablarse. Por ello es recomendable comenzar poco a poco.
Primero lo incentivas a mirarse, luego a descubrir el niño maravilloso que puede ver en él y, por último, a hablarse. Comienza tú para motivar y hacerle ganar confianza para que repita contigo frases como: “soy un niño increíble,” “soy muy inteligente y creativo” y “me encanta ayudar a los demás.”
La autoestima se está creando en cada momento, en cada pensamiento y en cada conclusión que tu hijo saca de él. Tu influencia es mucho más importante de lo que crees para que tu hijo la desarrolle y la consolide en una alta autoestima.
Con Amor,
María José Patino