Afortunadamente, la inteligencia ya no se mide por cuán rápido puedes realizar una operación aritmética sin la ayuda de una calculadora o por cuán efectivo eres razonando un ejercicio de pura lógica.
Estas herramientas son muy válidas y siempre se encontrarán vigentes… para un porcentaje de nuestra vasta existencia. Sin embargo, existe algo que está presente en todo momento, que nos sirve para todas las esferas de la existencia y que podemos utilizar para instalar la felicidad en nuestra mente y para lograr el éxito en la vida, ese algo son las emociones y a continuación te enseñaremos cómo ponerlas a trabajar a tu favor.
Las emociones y su rol en nuestra existencia
Seguramente te suene conocida la dinámica de dividir una serie de emociones debajo de las columnas que rezaban “buenas” y “malas.”
Las novedades es que, para tu sorpresa, la vida no es blanca o negra ni las emociones son buenas o malas en sí mismas, sino que lo bueno o lo malo es lo que hagamos con ellas.
Experimentar tristeza no es malo ya que te llevará a un aprendizaje potenciador para tu vida.
Descubre cómo manejar las destrezas de la inteligencia emocional para transformar tus emociones en algo positivo, sea cual sea el sentimiento que se haya alojado en tu corazón:
Conócete a ti mismo: aceptarte a ti mismo es clave para una vida feliz y, para lograrlo, necesitas saber quién eres. Como el resto de las personas, tienes defectos y virtudes. Está muy bien que desees corregir tus defectos, pero nunca los tapes ni los rechaces, ya que forman parte de ti.
Saca tus emociones a la luz: Es más fácil de decir que de hacer y por ello te proponemos dos técnicas para que aquello que se ha alojado en tu interior pueda fluir hacia afuera y te permita “liberarte del equipaje de las emociones que se quedaron enquistadas.” Tanto la escritura terapéutica como la arteterapia, son técnicas pensadas para drenar un interior cargado de negatividad.
Aprende a decir “no”: La necesidad de agradar unida al temor a ser rechazados, nos lleva a aceptar situaciones que no deseamos. Aprende a decir, con amabilidad y una radiante sonrisa, “no,” y verás que te quitas un enorme peso de encima.
Que lo que viene de afuera no te afecte: ¿Te has puesto a pensar cuántas emociones desagradables se te han generado a raíz de un comentario de otra persona, de una actitud de desaprobación que has recibido de alguien y de críticas que te llueven injustamente? Aprende a rechazar todo aquello que no consideras propio. No puedes hacerte cargo de lo que te dicen los demás. Solo encárgate de ser quién eres.
Aléjate del afán de perfeccionismo: Buscar la perfección es perseguir una quimera toda la vida. Al final del camino, solo tienes frustración y enfado. Busca hacer las cosas lo mejor que te salgan y ve por el mundo con una radiante sonrisa.
Con Amor,
María José Patino