¿Sabías que todos nuestros comportamientos tienen un origen químico en el cerebro? La acción de sonreír, por ejemplo,es la reacción de una producción de neurotransmisores como la dopamina, en nuestra corteza prefrontal.
Las emociones funcionan como nuestra herramienta para disfrutar la vida, nos permiten experimentar los momentos felices, graciosos, tensos o tristes que ocurren a lo largo de la vida. Nos permiten desarrollar la curiosidad, las preferencias, incluso la atención que nos permite descubrir nuevas cosas.
Los sentimientos son la experiencia consciente de una determinada emoción. Los sentimientos son el proceso que nos lleva a conocer las emociones a través del miedo, dicha o frustración y encontrar esos sentimientos de bienestar entre las actividades como “haber hecho un buen trabajo”, “visitar a un ser querido” son lo que nos permite aprender y disfrutar de la vida.
De igual manera podemos experimentar sentimientos desagradables, como el estrés, la preocupación, la soledad. Y en el mundo actual son sensaciones que ocurren con
frecuencia ante la creciente inseguridad laboral, dificultades económicas etc…. El estilo de vida estresante, repleto de trabajo, con poco tiempo personal, produce estos sentimientos desagradables por un tiempo tan prolongado, que resulta una sensación de opresión y agobio mental.
En los niños la química cerebral funciona de manera similar, situaciones de su entorno como, las discusiones, falta de afecto, carencia de socialización o juego, producen en él sentimientos de tristeza, abandono, soledad… que traen consecuencias a largo plazo como dificultades de aprendizaje, problemas de concentración y atención.
Llegados a este punto, pueden surgir en tu mente las siguientes preguntas:
¿Se puede estimular la química cerebral para sentirme mejor?
¿Puedo hacer algo para estimularla también en mi hijo?
!Claro que sí!
El cerebro produce químicos que estimulan la felicidad al momento de realizar actividades placenteras como tocar un instrumento, cantar o dibujar, y otra actividad que trae muchos beneficios es el movimiento físico, ya sea bailar, practicar yoga, correr o hacer otro tipo de ejercicio.
El ejercicio físico produce en el cerebro químicos que nos ayudan a reducir los niveles de estrés causados por el cortisol y aumentan los niveles de oxitocina que nos produce felicidad. Una persona que hace ejercicio con regularidad puede llevar de mejor manera las situaciones estresantes del día a día.
Por ello es importante fomentar la práctica de actividades favorecedoras para un cerebro saludable.
Anímate a practicar actividad física, verás los múltiples beneficios que traerá a tu vida y a la de tu hijo.
Ahora te toca a tí, Cuéntame tú, qué opción, eso si que te encante, puedes realizar desde ya!
Recuerda que, el cambio EMPIEZA EN TÍ
Metodo Emotraining