¿Por qué mi hijo es desobediente? ¿Qué hacer como padre?

Todos tenemos gustos y preferencias, nos mostramos de acuerdo o en desacuerdo con las cosas y situaciones que acontecen en nuestras vidas. Como adultos hay normas que se nos hacen difíciles de seguir aun habiendo comprendido que es lo mejor. Si eso pasa a los adultos, imagina un niño, cuya mente está aprendiendo sobre cómo funciona el mundo.

Los niños suelen desobedecer cuando no están de acuerdo con lo que se les pide, quieren seguir jugando más tiempo, no quieren tomar un baño en ese momento, los vegetales no le gustan, etc.

Estar en desacuerdo es un manifestación social normal, si tu hijo muestra rechazo a una acción, protesta y argumenta significa que está desarrollado su propio pensamiento. Aceptar siempre sin protestar tiene repercusiones psicológicas, como ansiedad, depresión y malestar psicosomático.

El rol principal de un padre es ser el apoyo para facilitarle a su hijo el valerse por sí mismo. Las pequeñas lecciones que un padre le deja a su hijo serán su gran guía para el futuro. Ser una guía no significa hacer las cosas por el otro, o asumir las consecuencias de tu hijo, significa enseñarle a aprender de sus consecuencias y elegir sus acciones.

Por ello es importante cuidar el mensaje que le dejas a tu hijo. Si tu hijo piensa que puede hacer lo que quiere cuando quiera, este pensamiento guiará sus acciones el resto de su vida.

Entonces pongámonos manos a la obra para ejercer una autoridad positiva

1. Normas claras

Toda norma debe tener su fundamento, “nos lavamos las manos siempre antes de comer para evitar bacterias en la comida”.

2. Se coherente

Poner una norma que es difícil de cumplir por causas externas, sólo impedirá que se cumpla. Por ejemplo “deben estar todos sentados en la mesa antes de servir la comida” sería mejor distribuir tareas para poner la mesa y todos se puedan sentar a la vez.

3. Mantente constante

Cuando establecemos una norma es con el fin de mejorar y facilitar una situación  como por ejemplo: “siempre nos abrochamos los cinturones en el coche”, “me das la manos antes de cruzar la calle”. Por ello debemos explicar previamente y ser constantes.

4. Establece consecuencias

Cada acción tiene sus propias consecuencias, basándonos en eso, si tu hijo olvidó que tenía que sacar la basura el día anterior, pídele que busque una solución, si esto se  repite muestrale la consecuencia a su acción, para que él pueda elegir su cambia su conducta.

Enséñale a tu hijo que las normas ayudan a hacer más agradable la convivencia. Nunca es tarde para hacer un cambio en la estructura de convivencia en casa. Abre esta conversación en familia y llegareis a concluir que debemos mejorar, después llegará el paso más importante: ¡a entrenar!

Dejame saber un poco más de tí… Responde en comentarios a la siguiente pregunta:

¿Qué normas tenías en casa cuando eras pequeño que sigues llevando en tu vida de adulto?

Método Emotraining