Lo que nunca te han contado sobre las rabietas y debes saber
Las rabietas son parte del crecimiento y desarrollo evolutivo de tu hijo, y por más que intentes eliminarlas y controlarlas, ya te habrás dado cuenta de que no se puede!
¿Te has preguntado alguna vez para qué sirven las rabietas? ¿Por qué una reacción tan intensa y desagradable podría ser importante para el desarrollo de mi hijo?
En este blog encontrarás información muy valiosa sobre el papel de las rabietas para el crecimiento emocional de tu hijo.
Los niños están en constante desarrollo y aprendizaje, a menudo experimentan emociones poderosas que aún no han aprendido a expresar de manera adecuada, se sienten frustrados, molestos, confundidos y esto resulta en una rabieta. Las rabietas siempre tienen una razón de fondo.
Las rabietas pueden ocurrir para obtener algo que quiere. Puede ser un juguete, una golosina, pero en el momento que lo vio, lo quiso y su deseo es tenerlo.
Las rabietas pueden ocurrir para pedir atención. Pueden haber estado jugando toda la tarde, pero cuando coges tu ordenador para trabajar, de pronto necesita que estés con él.
Las rabietas pueden ocurrir por una lucha de poderes. Le dices que ya es hora de irse a casa, pero tu hijo quiere seguir jugando, y te reta para hacer su voluntad.
Aquí te dejamos pautas imprescindibles para abordar mejor estas situaciones.
- Aunque sus reacciones pueden parecer desmesuradas con respecto a la situación, no se debe desvalorizar lo que siente. Es importante respetar su tristeza, su enfado, su molestia. Y trataremos de evitar decir “te enfadas por nada”, “esas son tonterías, no te enfades por eso”.
- Es importante no darle lo que está pidiendo cuando esté en plena rabieta. Porque daremos a entender que puede obtener lo que quiere haciendo una rabieta. Es mejor darle un momento para poder regularse y procesar las emociones que está sintiendo.
- Tu hijo sigue tu ejemplo, eres su referente de comportamiento, lo que significa que si tú te frustras, te desesperas o te enfadas, tu hijo lo repetirá.
- Las rabietas se alimentan de la atención que le damos, es por eso que debemos darle la atención adecuada para que estas disminuyan, ojo, no desaparecerán. Toma distancia, obsérvalo sin interactuar, espera el momento que se sienta más tranquilo.
- Utiliza pautas claras, intentar razonar no es el camino, en lugar de eso explicale “cuando te tranquilices, iremos al parque”.
- Cuando la rabieta llegue a ese punto de bucle sin salida, puedes utilizar el recurso del “tiempo fuera”. Puedes llevar a tu hijo a un espacio seguro pero sin recompensas como juguetes o la televisión, donde pueda estar y calmarse.
- Después que tu hijo se calme, y busque acercarse a ti, aprovecha este momento para conectar con él. Reafirma su buena conducta, y reconfortarlo con amor y cariño.
Las rabietas pueden ser todo un desafío para nuestra paciencia, pero son una oportunidad
de crecimiento emocional tanto para tu hijo como para ti.
Es hora de pasar a la acción y practicar,
Puedes escribirme tus dificultades y dudas en comentarios. Te leo!
Método Emotraining