¿Cómo hacer que los niños reconozcan sus emociones?
Reconocer nuestras emociones es el primer paso para poder gestionarlas y así mejorar la relación conmigo mismo para luego poder también mejorar las relaciones con los demás. Ser conscientes de qué es lo que sentimos es transitar la senda de la inteligencia emocional.
Como cualquier otro aspecto entrenable, cuanto antes en la vida comencemos a practicarlo, más dúctiles nos convertiremos en la disciplina o destreza en cuestión. Por ello es que como madre o padre te interesará muy especialmente ayudar a tu hijo a ponerle nombre a lo que siente y a admitir que sus emociones pueden llegar muy profundo en su ánimo y en su corazón.
La importancia de reconocer nuestras emociones desde la infancia
Ya es por todos nosotros sabido que nunca es tarde para aprender y, es más, que siempre debemos procurar adquirir nuevos conocimientos a lo largo de la vida. Sin embargo, aquellos que adquirimos durante nuestros primeros años de vida y en los años de adolescencia, quedan grabados a fuego en nuestro inconsciente.
De modo que convertirnos en gestores de nuestras propias emociones al tiempo que aprendemos a vivir, nos permitirá fluir en lo que respecta a la interacción con los demás.
¿Te gustaría que tu hijo sea asertivo, comprensivo, que reconozca sus errores y que enfoque su accionar a ser una mejor persona? La base para todo ello y mucho más es reconocer sus emociones.
¿Cómo ayudo a mi hijo a reconocer sus emociones?
Como padres, tenemos el compromiso de ayudar a nuestros hijos a entender y reconocer lo que sienten y, detalle nada menor, a no terminar cayendo en una conducta que le perjudique. Si con la palabra los incentivamos a reconocer sus emociones, las cuales no siempre son agradables, pero cuando nos dicen que sienten un fuerte rencor hacia alguien, no tardamos en intentar reprimirlos. Ese no es el camino. Por lo tanto, para ayudar a tu hijo a mirar hacia su interior y reconocerse como si estuviera ante un espejo, estos son los pasos que necesitas seguir:
Hablar sobre las emociones:
Tu hijo, en especial si se encuentra transitando la adolescencia, intentará ponerte barreras cada vez que intentes abordar el tema de las emociones. En cambio, si es un niño aún, le costará encontrar las palabras para definir sus sentimientos. En ambos casos, será tu experiencia, tu paciencia y tus ganas de conectar, las que te ayudarán a que tu hijo pueda reconocer y decir libremente que siente rabia, tristeza, asco, miedo y, por supuesto, también ternura, amor y alegría. Incentívalo a que te cuente cómo se siente ante las diferentes situaciones y circunstancias que atraviesa.
Emoticonos:
Ahora puedes acceder a la clásica “carita feliz” con tan solo desplegar la amplia variedad de emoticonos en el móvil. Al ser un recurso gráfico, te brindan la posibilidad de representar y poner nombre a lo que se siente ante determinadas situaciones. A medida que tu hijo se habitúe a las más básicas, puedes pasar a otras más complejas, tales como la preocupación, la incertidumbre, la decepción y la ilusión.
Practicar la aceptación:
No es fácil aceptar y permitir que nuestro hijo experimente emociones desagradables, pero aceptarlo y ayudarlo a reconocerlas es lo que le brindará la oportunidad de que aprenda a permitirse sentir siempre, ya que en ningún caso hay emociones malas o que debamos evitar. Nunca censures ni recrimines sus emociones; ayúdalo a reconocer la ira y otras emociones desagradables promoviendo un cambio de mentalidad en su interior.
Por otra parte, también es muy útil que hagan juegos de roles, que le plantees situaciones hipotéticas y que veáis juntos películas o series para identificar las emociones de los protagonistas. Cuanto más entrenemos el reconocimiento del sentir, mejor dominio tendrá de sus emociones y con mayor destreza podrá reconocerlas y saber que está sintiendo.
Parece fácil, pero estoy segura de que si te educaron en el rechazo de algunas emociones hoy tú como madre o padre, puedes no estar permitiéndote sentir determinadas emociones. ¿Te pasa? ¿ Eres capaz de reconocer y saber que estás sintiendo en cada momento?
Con Amor,
María José Patino