3 Razones por las cuales NO debes AYUDAR a tu HIJO CON LAS TAREAS

¿Ayudar o no ayudar? ¡Esa es la cuestión!

Y cuando se trata de las tareas de tus hijos, la respuesta es definitivamente NO. Por más que la tentación intenta llevarnos por el camino incorrecto de sentarnos al lado de nuestros hijos y ayudarlos a resolver lo que se supone que ellos deberían resolver por sí mismos, lo más recomendable es reprimir ese impulso.

De este modo, estaremos ayudando a nuestros hijos en algo mucho más importante que sus tareas: a desenvolverse en la vida.

A continuación exploraremos las tres razones por las que no debes ayudar a tu hijo a hacer sus tareas escolares.

No ayudes a tu hijo con las tareas escolares si quieres evitar una catástrofe

Solemos ver a las catástrofes como algo totalmente externo a nosotros, algo en lo cual no interviene nuestra responsabilidad. No obstante, no siempre es el caso. Algunas catástrofes se originan en el centro de nuestro hogar y la única responsable es nuestra forma de educar.

No cabe ninguna duda de que tu intención es la mejor, ya que lo que buscas es que a tu hijo le vaya bien en el cole, pero la forma en que abordas el tema podría derivar en serios problemas para él en el futuro.

Si aún no conoces las razones por las que no debes ayudar a tu hijo con sus tareas, te las cuento a continuación:

  1. La semilla del NO PUEDO

El “no puedo” no es una realidad, sino una creencia limitante. Todos los niños pueden resolver una operación matemática, conjugar una lista de verbos, escribir un texto o investigar de qué se trata la fotosíntesis. El hecho de que a unos les cueste más que a otros, no significa “no poder” hacerlo, sino solamente que tendrán que hacer un poco más de esfuerzo. Y qué casualidad que haciendo esto podrá entrenar este valor fundamental.

No permitas que tu hijo te arrastre hacia esa creencia limitante que tiene acerca de sí mismo. Al contrario de ello, haz lo posible por apoyarlos para que pueda él salir de esa zona con afirmaciones positivas y de aliento.

Incúlcale el concepto de que el éxito es el resultado de un largo proceso de intentos, fracasos y aciertos. Cuando tu hijo adquiera el hábito de lograr resolver sus deberes sin ayuda, empezará a sentirse orgulloso de sí mismo … y tú de la forma en la que lo educas.

  1. No es mi responsabilidad

Si tu hijo se habitúa al hecho de que cada vez que tiene tarea no puede comenzar hasta que tú te sientes a su lado y lo ayudes hasta el punto de prácticamente resolver los ejercicios por él, sentirá que la tarea no es su responsabilidad, sino tuya.

Una vez que entre en esa zona de confort de esperarte para comenzar a cumplir con sus responsabilidades, te será muy difícil sacarlo de allí. Como ya podrás intuir, esta actitud no se limitará únicamente a las tareas escolares, sino que se extenderá a todas sus responsabilidades. En conclusión, todas tus buenas intenciones de ayudarlo lo conducirán a un muy mal puerto: el de no hacerse cargo de lo que solo a él le corresponde hacer.

  1. Creará una mala relación entre los padres y el hijo

Por último, y seguramente con esto terminarás de convencerte si aún tenías alguna duda, las situaciones que se crean con las tareas escolares entre padres e hijos se caracterizan por deteriorar el vínculo.

Es probable que encamines la ayuda de acuerdo a lo que aprendiste algunas décadas atrás cuando eras tú el estudiante, por lo que tendrás la influencia de cómo se enseñaba en aquella época. Sin embargo, la profesora de tu hijo seguramente enseña de una forma muy diferente a la que te enseñaron a ti, y eso tu hijo te lo hará notar. Por si aún no te has dado cuenta, cuando una situación así ocurre, estás recibiendo la confirmación de que sí sabe lo que tiene que hacer.

Por otra parte, es posible que tu hijo siga tus indicaciones al pie de la letra y no te discuta tu forma de enseñarle, pero si le resulta difícil comprenderte, puede tener actitudes poco amigables contigo, lo que derivará en un deterioro de la relación entre ambos.

Antes de dejarte convencer de ayudarlo en sus tareas, ten presente que esos ejercicios o esa investigación que tiene que hacer en casa, es una repetición de lo que ya hizo en el aula. Por lo tanto, tiene todos los elementos para hacerlo sin tu ayuda.

Si su dificultad es tal que realmente no logra hacer su tarea o no obtiene una nota satisfactoria por ellas, entonces la mejor forma de ayudarlo es concertar una reunión con su profesora para escuchar sus recomendaciones acerca de cómo brindar apoyo escolar a tu hijo.

Con Amor,
María José Patino