Son muchos los deportistas que tras una lesión les es complicado recuperarse y no por falta de medios o de cuidados, sino por falta de atención a la emociones y sobre todo al síntoma físico. Este da mucha información sobre la lesión y sobre todo sobre el conflicto inconsciente que esta viviendo el deportista.
Ellas (las emociones) juegan su papel a la hora de volver al ritmo habitual.
El cuerpo es sabio, y aunque es ocasiones no estemos de acuerdo con el momento de una lesión, siempre esos parones tienen un “para qué” emocional que en ocasiones no es fácil de descubrir.
Los síntomas físicos que tenemos en nuestro cuerpo en realidad son la expresión física del leguaje de nuestro inconsciente. Aunque nos suene raro, las lesiones no son por casualidad, ni por mala suerte, como todo en nuestra vida, son nuestra creación.
Se debe a la vivencia de una situación que ha sido vivida conflictivamente y la emoción que se sintió, no la que expresó, sino la que no se expresó y quedo en guardada en nuestra mente.
Vivir desde la responsabilidad en todos los aspectos de la vida, a veces y sobre todo al inicio de esa toma de conciencia no es plato de buen gusto; la buena noticia es que el momento que te adueñas de todas las situaciones que te ocurren, todo empieza a ser más sencillo y sobre todo te sientes poderoso.
De igual manera las lesiones pueden ser resultado de diversos factores y de conversaciones mentales, como por ejemplo: miedo al fracaso, la excesiva competencia, miedos sobre el que dirán, expectativas… teniendo lugar de manera consciente o no. Ese estrés emocional no ayuda, y sobre todo a la hora de la recuperación.
Por lo que es importante gestionar tanto la parte física de la recuperación con los profesionales pertinentes como la parte emocional. Y mirar que experiencias se han vivido antes de la lesión y así según el síntoma buscar cual ha sido el conflicto. Una vez que el conflicto se descubre, ya algo que ayudará es expresar esa emoción oculta, ese resentir que hace que mi cuerpo chille lo que mi mente ha mantenido en silencio.
También es muy importante para la recuperación, la gestión de las emociones negativas que se generan debido a los pensamientos negativos que se crean.
Donde pones tu atención va tu energía por lo que si tu atención la diriges al análisis y de manera consciente empiezas a elegir otros tipos de pensamientos constructivos y motivadores, las emociones que sientas irán en esa dirección, eliminando la parte emocionalmente estresante de la situación, quizá siendo ese un factor limitante para la recuperación.
Vamos a darte 5 claves emocionales para que puedas gestionar tu recuperación.
1. Acepta la responsabilidad de tu lesión.
Esta acción te devuelve tu poder personal e incrementa tu liderazgo en esos momentos tan delicados donde hay que sacar fuerzas más allá de lo que sientes. La culpa lleva implícita el castigo, por lo que simplemente sé responsable, de esta manera ya estás predispuesto para la acción. Y ademas que hayas vivido una situación como conflictiva es parte de tu percepción por lo tanto es tu responsabilidad. A veces uno puede rechazar esa visión, pero te invitamos a que lo veas de esta manera para poder resolver cuanto antes la situación y poder continuar con tu practica deportiva.
2. Mantén una actitud positiva.
Son esos momentos, cuando más cuesta estar animados, donde es más importante poner la atención en lo positivo de la situación, aunque parezca que no hay nada. Sobre todo es vital las conversaciones que tienes contigo mismo, y eso es algo que solo depende de ti. Busca imágenes en tu mente que te den impulso para estar motivado y positivo, eso te ayudará y mucho en la recuperación.
3. Usa tu mente para sanar tu cuerpo.
Hay ya investigaciones que demuestran que la mente puede acelerar el proceso de recuperación. Una técnica muy usada es la visualización. Como te mencionábamos antes busca imágenes mentales sobre el estado deseado. Sobre ellas lo importante es que lleves la sensación al cuerpo, que sientas la emoción que te hace sentir bien y recuperado. Nuestro inconsciente no diferencia entre real e irreal, por eso el sentir esas emociones hace que el cuerpo crea que esta sucediendo en realidad y acelerará el proceso.
4. Mantén contacto con otros.
El compartir lo que ha sucedido, y apoyarte en otras personas, te dará ánimos y fuerzas para seguir adelante. Una buena manera de eliminar esos pensamientos negativos es sacándolos fuera de ti. ¡Atención! Que no se convierta en una costumbre. Sobre todo apóyate en esas personas que sabes que te quieren y te motivan e inspiran a seguir siendo el campeón que eres.
5. Establece objetivos.
Un parón, no quiere decir que abandones tus planes. Reorganiza si es necesario tus objetivos, establece algunos nuevos. Lo importante es mantener a tu mente activa hacía la siguiente meta y no regodearse en lo sucedido. Estos imprevistos suelen ser una buena oportunidad para parar y mejorar cosas. Ese autoconocimiento es muy positivo para tu día a día y sobre todo para no repetir acciones y decisiones que he tomado antes y que te han llevado a lesionarte.
Ya tienes algunas claves para poner en practica, aunque a veces los cambios no nos gustan y sobre todo si hablamos de lesiones. Busca una interpretación de la situación que te lleve a un lugar mejor del que estabas anteriormente y sobre todo confía en que las cosas suceden por algo, y ese algo es porque es lo mejor para ti.
A veces nos enfocamos en el árbol y no vemos el bosque. Ante situaciones incomodas, como pueda ser una lesión, mira el bosque y dale una perspectiva que te ayude y te de fuerzas.
Y recuerda que hagas lo que hagas, ten presente que todo lo que nos sucede es lo mejor aunque en el momento no lo veamos, más adelante lo descubrirás.