Sabemos que el estudio es el camino más seguro para que nuestros hijos accedan al estilo de vida que deseen tener de adultos. Sin embargo, cada vez son más las consultas por parte de padres y madres que ya no saben qué hacer para que sus hijos le dediquen al estudio el tiempo necesario para obtener buenos resultados académicos. Antes de abordar las técnicas que desde casa puedes aplicar para hacer que tus hijos estudien, veamos por qué motivos puede que esto ocurra. Ya que es muy importante que como madre, o padre, sepas el origen de este fracaso escolar.
¿Por qué los niños y los adolescentes no quieren estudiar?
• Dificultades de aprendizaje o con la asignatura específica
• Baja tolerancia a la frustración
• Baja autoestima
• Acoso escolar
• No encuentra motivación o sentido a lo que debe estudiar
• Problemas familiares
Si bien cada uno de estos problemas merece atención específica, existen ciertos caminos generales que puedes emprender para lograr que tu hijo estudie.
¿Qué hacer para que mi hijo estudie?
Así como tu conversación y las estrategias con tu hijo van cambiando a medida que crece, los recursos a aplicar para que estudie también deben adaptarse a la etapa del desarrollo en la que se encuentre. De modo que abordaremos dos grandes grupos de edades para que puedas afinar tu táctica y lograr los mejores resultados.
Pautas para que mi hijo de ocho a doce años estudie
Involúcrate:
Tu hijo necesita saber que estás siguiendo de cerca sus pasos en el cole. De modo que estar al tanto de sus tareas y saber cuando tiene un examen, lo ayudará a sentirse apoyado. Debes ser muy cuidadoso al respecto para no terminar transformándote en su asistente de tareas, su profesor particular o su resolvedor de problemas.
Ten expectativas realistas:
Es probable que te encante tener un hijo que saque las mejores notas en todas las asignaturas, pero tal vez la fortaleza de tu hijo no esté en sacar notas altas, sino que quizás sea muy buen compañero o tenga facilidad para una determinada asignatura. Por lo tanto, asegúrate de que tus expectativas con respecto a él sean realistas. No le exijas más de lo que puede dar.
Delimita las zonas de estudio:
Tener zonas asignadas para estudiar facilitará la tarea, ya que en ese lugar no se podrá hacer ninguna otra cosa que no sea ponerse al día con los deberes y prepararse para el siguiente día de clases.
Establece rutinas:
Es muy útil fijar horarios para el estudio. De esta forma, no habrá manera de dejarse llevar por las evasivas de tu hijo para postergar la hora del estudio.
Pautas para que mi hijo de trece a dieciocho años estudie
Motívalo para que se cuestione las respuestas que recibe:
El adolescente es rebelde y cuestionador por naturaleza. Esa es una de las razones por las cuales rechaza el estudio: no le gusta que le den la información digerida y de forma categórica. Incentívalo a que encuentre las fisuras de los grandes pensamientos y a que forje el suyo propio.
Dale a conocer sus alternativas:
Cuando la negativa a estudiar se transforma en un no definitivo a continuar con los estudios, es hora de que tu hijo conozca cuáles son sus alternativas. Tal vez esta sea trabajar, quizás sea aprender un oficio o incluso atender el negocio familiar. Lo importante es que entienda y acepte que hacer nada no es una opción.
Ayúdalo a descubrir lo que le gusta:
Es posible que tu hijo no estudie porque aún no ha encontrado algo que lo motive. Si tú lo ayudas a descubrir esa pasión interna que puede que sea algo que quizás aún ni siquiera conozca, seguramente será más fácil y motivante que tenga cierta prisa por terminar sus estudios para poder perseguir ese sueño.
Apóyalo en su decisión:
Cuando le das a tu hijo a conocer las opciones que tiene y él finalmente elige, tu única alternativa es apoyarlo en su decisión. Por ello, debes tener sumo cuidado en lo que le das a elegir, ya que existe la posibilidad de que tome uno de esos caminos.
Con Amor,
María José Patino