Sabemos que la vida es una sucesión de decisiones, por muy pequeñas que sean, marcan nuestros pasos y definen la relación con tus hijos, y que se pueden observar desde dos ópticas diferentes, desde el miedo o el amor.
Mientras que el miedo conlleva siempre sufrimiento y preocupación, el amor nos aporta confianza y disfrute.
¿Y qué significa confiar? Pues tener la seguridad y la certeza de que todos los recursos que tú hijo necesita están dentro de él.
Si eres capaz de asumir tu propio crecimiento y aprendizaje apostando por ti, le estarás regalando a tu hijo la mejor herencia. El amor será siempre el mejor legado para ellos.
Crear un vínculo fuerte en la relación con tus hijos implica tiempo y dedicación, a la vez que una gran dosis de amor que permita satisfacer las necesidades de los más pequeños sin amenazas ni conflictos.
¿Entonces, cuáles serían los pasos que tienes que asumir en la educación de tus hijos?
Primero: Una toma consciente de decisiones desde la perspectiva del amor y el respeto.
Tu hijo no es un maniquí que tú puedes moldear a tu antojo o sobreproteger, es un ser con recursos y capacidades que tú has de acompañar en su crecimiento. Cuando los niños aprenden desde el amor son capaces de interiorizar las habilidades suficientes que utilizarán en otros ámbitos de la vida, en la escuela o con sus iguales, y que les permitirán asentar las bases para su vida adulta.
Segundo: Deja a un lado tus propios miedos.
Muchas veces, tan sólo conllevan culpabilidad y sufrimiento, y te apartan del camino que en el fondo de ti, según tu instinto sabes que es el correcto.
Tercero: Confia en ti mismo, en tu capacidad, y en tu propio hijo.
La confianza conlleva seguridad y asienta las bases para una relación de respeto y harmonía familiar.
Recuerda, si quieres criar a tu hijo para que sea feliz, tienes la opción de asentar las bases de su educación en el amor. Todas las decisiones que adoptes desde esta perspectiva irán acompañadas de respeto mutuo, de confianza y honestidad.
De ti va a depender que la educación de tus hijos sea toda una maravillosa aventura.
Y sobre todo que tú como padre o madre disfrutes 100% de ese proceso y de tu propio crecimiento. Al final es tu hijo, tu hija la que te ha dado la oportunidad de vivir lo que es ser padre o madre.
Te han hecho un regalo enorme igual que tu a ellos y todo esos regalos tienen algo en común vienen del amor.