Los cambios están presentes en la vida tanto de los padres como de los hijos, es algo que nos va a acompañar en todo momento y de vosotros depende como vivirlos.
En muchos casos la preocupación por tus hijos y tus decisiones sobre cambios que les repercuten te hacen sufrir. La cuestión es que en ocasiones ese sufrimiento viene por predicciones que se hacen sobre algo que va a ocurrir en el futuro y que en realidad no se sabe con seguridad. Por lo que se crea un ambiente de tensión donde mi hijo acaba viviéndolo así, cosa que no le beneficia para nada ya que para los más pequeños todo es un juego.
Es en esos casos cuando esa preocupación viene de llevar puestas las gafas del miedo y no las gafas de amor. Con las gafas del miedo ese sufrimiento está presente en todo momento: las dudas y el miedo lo invaden todo y es cuando dejamos de disfrutar del momento presente. Y al final tus hijos buscan tu referencia, así que puedes preguntarte qué le quieres transmitir. Su sistema de creencias mayoritariamente se forma en casa por lo que tu eres importante, y tu estado le afecta.
Si haces ese cambio como padre o madre y decides llevar las gafas del amor es cuando la confianza va a ser tu mejor compañera y el disfrute va a ser parte importante del día a día. Confianza en ti, confianza en tu hijo y confianza en la vida para saber vivir los aprendizajes que la vida nos muestra en cada momento y así poder crecer junto a mi hijo.
Como padres está claro que buscar lo mejor para tu hijo es una prioridad absoluta, lo que ocurre que mi sufrimiento, la preocupación y el excesivo control no va a ser el mejor compañero para mi hijo y sobre todo para mí.
Según yo lleve los cambios así los vivirá mi hijo. De ahí la importancia de vivir desde esa confianza y disfrute que no quiere decir pasar de todo, sino poner atención y disfrutar de la crianza de mi hijo acompañándolo en sus aprendizajes y mejorando como padre o madre con los míos.
Vive al cambio con una interpretación sana y de aprendizaje continuo y disfruta de tu crecimiento como padre y madre, y observa como tu hijo evoluciona a pasos agigantados.
Sois un equipo por lo que un estado de armonía y disfrute os beneficia a todos.