Cuando ya llevas avanzado tu día y poco a poco vas sintiendo que tu paciencia se frena y que el día va de mal en peor, puedes poner en acción estos 4 pasos para resetear y empezar de cero con tus hijos en cualquier momento.
1. Sé amable contigo.
En ocasiones puede que el día se empiece a complicar porque tus hijos están revoltosos. Para que no pierdas la paciencia es muy importante que organices y planifiques tu día con ellos, eso te ahorrará calentamientos de cabeza.
Al tener una ruta diaria te será más fácil mantenerte centrado, incluso con los imprevistos que puedan surgir ya que tendrás margen de maniobra para cambiar tus compromisos. Y si aún teniéndolo todo estructurado sucede algo que no sabes gestionar y tu plan se evapora, gestionarte a ti es la clave.
Lo importante pase lo que pase es que seas amable contigo, de esa manera te relacionaras con tus hijos de una forma más eficaz. Gestionar tu estado emocional es vital y ser amable contigo es fundamental.
2. Tómate un Descanso.
Si llega un momento en el que sientes que el día con los niños está completamente descarrilado, e incluso, si no ves solución alguna, has de hacer lo posible por encontrar unos minutos para poner en marcha alguna de estas opciones:
- Escucha tu lista de reproducción favorita…un par de canciones que te emocionen…te llevará a relajarte.
- Busca el momento para darte un mini paseo aunque sea una vuelta a la manzana.
- Coge una libreta o en móvil escribe para soltar todos esos nervios o el enfado, eso te dará la opción de empezar de cero. Además puedes responderte a estas preguntas para así cambiar el enfoque:
- ¿Por qué cosas estoy agradecid@ en mi vida?
- ¿Qué tres cosas fundamentales he de hacer hoy?
- ¿Qué recompensa me puedo dar por haber cumplido con esas tres cosas?
Al hacer alguna de estas acciones, tu estado cambiará rápidamente.
Una parada a tiempo te ahorra mucho tiempo y sobre todo te liberarás de dolores de cabeza. Es una manera de resetear tu mente y gestionar tu relación contigo y con tus hijos.
3. Sal de ti mismo y marca una diferencia.
En lugar de convertirte en el ombligo del mundo y quedarte atascad@ mirándote y quejándote, es importante que realices un cambio en tu mirada. Es momento de dejar de mirarte a ti mism@ y hacer algo enfocado en los demás.
Una pregunta que te puedes hacer es…
¿Qué puedo hacer ahora mismo para impactar de manera positiva en la vida de mis hijos o de otra persona que me importa realmente?
Al hacerte esa pregunta, vas a poder llevar a tu mente hacía un acto creativo. Puedes hacer una llamada, escribir un email, comprar un regalo y entregarlo… simplemente cambiar tu atención, eso hará que tu energía cambie también. Un gran manera de reiniciar tu día de nuevo.
4. Mantén una conversación contigo mism@.
Relacionarte contigo de una manera positiva y creativa te proporcionará oxigeno y claridad mental.
Cierra los ojos y comienza a hablar contigo dándote ánimos y sobre todo tranquilidad, y puedes decirte…
Soy paciente, estoy bien, confío en la vida y amo a mis hijos. Y sobre todo me amo a mi y me permito lo que siento ahora. Siempre estoy aprendiendo.
Esta frase la puedes repetir cuantas veces quieras y te proporcionará confianza y tranquilidad.
Poniendo en practica estos cuatro pasos rápidamente te darás cuenta de como cambia tu estado y podrás comenzar de nuevo el día, sea la hora que sea.
Tú y tu familia se merece lo mejor, no te juzgues si crees que te has equivocado y sobre todo no los juzgues duramente, son niños y eso no lo puedes olvidar.
La maestría llega con la practica así que seguro que tienes más oportunidades para experimentarte de muchas maneras, aprovéchalas y sigue aprendiendo. Al final es a lo que venimos a aprender y recordar quienes somos.